Desde hace algunos años, las compras en línea han revolucionado la relación entre empresas y público. No solo porque ha permitido una forma de cercanía más personal, sino porque ha hecho más y más eficiente acceder a los productos que deseamos.
A pesar de todo esto, para muchos, comprar por internet (aunque sea en redes sociales) es todo un reto de confianza. Y, créenos, lo entendemos. Realizar compras en línea implica compartir ciertos datos, cosa que puede ser algo angustiante. Y si bien existen medidas de seguridad para garantizar el uso correcto de tarjetas de crédito y de débito, los fraudes y la suplantación de identidad son problemas vigentes.
Pero así como ha cambiado la forma de acercarte a una tienda o acceder a servicios financieros, también ha cambiado la forma de pagar. Sí, nos referimos al uso de tarjetas virtuales. Una solución segura y cómoda para realizar compras online.
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¿Qué es una tarjeta virtual?
Tal como su nombre lo dice, se trata de tarjetas que no tienen formato físico. Al igual que una tarjeta tradicional (o sea, física), esta cuenta con número, código de verificación y caducidad. También, como cualquier otra tarjeta, pueden ser emitidas por bancos o fintechs. En teoría, al ser digital, no podrías usarla en tiendas físicas. Sin embargo, puede solucionarlo si la vinculas a plataformas de pago.
Como puedes notar, la diferencia principal está en el formato. Aunque la clave está en un detalle: nosotros somos quienes depositamos en ella, de manera que los fondos son limitados y controlados.
Además, al no tener forma física, no pueden ser robadas. En todo caso, si se intentase un robo y fuera exitoso, solamente se tendría acceso a los fondos depositados, y siempre tendrás la opción de apagarla si no la estás usando.
Por otro lado, ya que son fáciles de contratar, una tarjeta virtual puede ser una gran opción para alguien que dispone de una cuenta bancaria. Y ya que estas tarjetas están pensadas para ser usadas online, las operaciones tienen efecto inmediato.
¿Qué debo saber para obtener una tarjeta virtual?
Hay elementos que siempre debemos tener en cuenta cuando contratamos un producto financiero. Por ejemplo, los gastos derivados y las condiciones de servicio. No todas las tarjetas cobran por emisión o mantenimiento, sin embargo, si deseas retirar dinero de un cajero deberás pagar una comisión. Asimismo, debes tener en mente el límite de fondo y si existe un depósito mínimo.
En el caso de contratar una tarjeta virtual a través de una fintech, la Condusef ha dado algunas recomendaciones muy importantes. Y es que hay que recordar que en México, este tipo de empresas de tecnología financiera, aún están en proceso de regulación, por lo que carecen de la seguridad que puede ofrecer una entidad financiera regulada.
Según la Condusef existen dos tipos de fintechs autorizadas:
- De financiamiento colectivo o crowdfunding, a través de las cuales se pone en contacto a solicitantes de crédito con inversionistas.
- Las de fondo de pago electrónico (wallets o monederos electrónicos), que sirven para compras, pagos, envíos de dinero y domiciliación de servicios.
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